Ante la duda... bloquea

The Angry Pumpkin

Ayer mismo estaba leyendo un artículo del nuevo libro de Josef Ajram: "El pequeño libro de la superación personal". Se trata de un libro que me recomendó mi buen amigo José Noblejas en uno de mis últimos viajes a Madrid y que me está sorprendiendo gratamente: Artículos cortos y concisos con pequeñas-grandes píldoras de sabiduría.

El caso es que ya he detectado que en dos de los pequeños capítulos se hace referencia a los haters, o trolls, como también se llaman, y que son básicamente personas que hagas lo que hagas siempre les parecerá mal. Josef habla sobre estos personajes y las descalificaciones que le hacen. Puedo dar fe de ello porque después de hablar de Josef Ajram en Facebook automáticamente recibí un par de mensajes hablándome de lo acertado de las reflexiones de este buen señor, y un par de mensajes también diciéndome lo mal deportista que era. Si estos comentarios me los hacen a mi... ¡qué no le dirán a él directamente!

Por suerte o desgracia, los más de 50.000 seguidores de mi cuenta de Twitter y los más de 5.000 de mi cuenta de Instagram me hacen encontrarme con haters de vez en cuando. No voy a pormenorizar sobre los comentarios, pero desde gente que me dice que mis artículos no le gustan hasta que mis fotos de un filete de ternera le parecen ofensivos porque siguen una dieta vegetariana. La solución siempre es igual de fácil: si te molesta lo que publico, no me sigas... Ya que ellos no quieren dar el paso de dejar de seguirme, les ahorro el trabajo de forma rápida e indolora: bloqueo.


Ahora no me lo pienso dos veces. En tiempos anteriores me lo pensaba mucho más y a veces intentaba dialogar con la persona en cuestión indicándole que mi artículo/foto no pensaba ofenderle personalmente... craso error. Olvidaba que el odio es irracional y por lo tanto no atiende a razones ni razonamientos de ningún tipo.

Así que ya sabes: cuando encuentres un hater irracional en las redes sociales, no lo pienses dos veces y bloquea sin darle más vueltas al asunto... Seguro que tienes cosas más importantes en que pensar.

En origen la productividad se basa en dedicar tu tiempo a las cosas que realmente son importantes y que consiguen un resultado que te lleva a estar más cerca de tu objetivo... y olvidar el resto.

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