El valor de un empleado: el factor humano

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Foto por Steve Jurvetson (Creative Commons)
Hace pocos días un amigo ha tenido que despedir, muy a su pesar, a una persona de su empresa. Tuvimos una corta conversación sobre cómo percibía yo, como cliente, a su empleado, y esto me ha hecho pensar sobre la verdadera rentabilidad, tangible e intangible de un empleado.

Normalmente las empresas suelen basarse en números y no es difícil escuchar en ocasiones a empleados de grandes empresas, especialmente, decir que "para alguien que está a miles de kilómetros, al final sólo somos un número".

La rentabilidad del empleado se puede evaluar de muchas maneras, como por ejemplo el número de unidades vendidas, de contratos firmados, de rentabilidad neta conseguida, etc. Sin embargo hay un factor que se escapa a todas estas evaluaciones económicas: el factor humano.

Podemos decir que los números están bien, y representan la ganancia de la empresa en términos económicos, pero luego hay algo que no podemos valorar, al menos de forma económica, y que es el valor del empleado como elemento de relación, nexo y unión entre otras personas.

Todos hemos conocido a personas que trabajan en una empresa y aportan un clima positivo en el ambiente laboral, independientemente de su rentabilidad económica directa, seguramente con ese clima positivo, influyen en el rendimiento de los demás favoreciendo más horas de trabajo.

Sin embargo, también hemos conocido a personas hurañas y malencaradas capaces de convertir el más soleado de los días en gris. Aunque estas últimas personas generen grandes ingresos en la empresa, es más que probable que contribuyan también a empeorar el clima de trabajo a su alrededor.

En cuanto a las relaciones yo siempre distingo claramente las relaciones con los elementos externos (clientes y proveedores) y con los elementos internos (compañeros de trabajo).

Antes de tomar una decisión sobre el futuro de un empleado debes de tener en cuenta estos tres factores: rentabilidad económica, relaciones internas y relaciones externas.

Hace algún tiempo me contaron la historia de un gimnasio perteneciente a una gran cadena nacional. El hecho es que de un día para otro despidieron al encargado de ese centro: una persona agradable y servicial, atenta a los detalles, pero que no llegaba a los ambiciosos objetivos de ventas y rentabilidad de la cadena. Cuando los clientes se fueron enterando de que habían despedido a esta buena persona que se encargaba de ellos de forma adecuada, el hecho es que en menos de seis meses perdieron a la mitad de la clientela. Por muchas ofertas que hicieron para incorporar a nuevos clientes, el nuevo encargado no tenía ni de lejos el don de gentes del anterior. El mal clima terminó por afectar al resto de empleados que bajaron su rendimiento ante las quejas de los clientes y finalmente el centro acabó por cerrar.

Cuando tengas que tomar una decisión sobre el futuro de uno de tus empleados no te quedes solo en los números y valora también el factor humano y cómo afectará al resto del delicado ecosistema empresarial.

Comentarios

  1. Interesante artículo, el cual no puedo estar más de acuerdo. La verdad es que a veces se nos olvida que uno de los mayores activos de una compañía es el Equipo Humano; incluso más allá de la propia rentabilidad por empleado. Hay que tener en cuenta otros factores también importantes. Como ejemplo, si se cuenta con dotes para fortalecer equipos, buen comunicador, buen conector con otras personas/equipos, etc.

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