¡No es la metodología, es la tecnología!

Hoy mismo he tenido una conversación con alguien de mi familia. Sigue una metodología educativa en sus clases por las que utiliza flashcards que crea artesanalmente imprimiendo ilustraciones y textos que pega luego en unas cartulinas. De hecho, se siente orgullosa de tener unas estanterías llenas de estas flashcards artesanales.

Tras explicarme el método que utiliza, le indiqué que existen multitud de aplicaciones que hacen exactamente lo mismo (crear flashcards con el contenido que uno quiera) y que además pueden utilizarse directamente en un ordenador portátil y en un tablet, lo que sería perfecto para las clases y permitiría que sus alumnos pudiesen acceder a todos los contenidos sin tener que depender de un soporte físico que al fin y al cabo acabará por desaparecer y estropearse del uso que se le vaya dando.

Su respuesta fue: "¡Deja de controlar mi metodología!".

Como me suele ocurrir en muchas ocasiones, estas conversaciones me dan que pensar y me llevan a conclusiones personales que creo que pueden ser de utilidad para otras personas.

El problema es que se confunde la metodología con la tecnología.

La metodología si nos vamos a la Wikipedia se define como "referente al conjunto de procedimientos racionales utilizados para alcanzar una gama de objetivos que rigen una investigación científica, una exposición doctrinal o tareas que requieran habilidades, conocimientos o cuidados específicos. Alternativamente puede definirse la metodología como el estudio o elección de un método pertinente para un determinado objetivo."

En ningún caso he pretendido que cambie la metodología (las flashcards) sino simplemente el soporte, el medio tecnológico que transmite la información y donde se implementa la metodología que pasa de ser una hoja de papel con otro papel pegado encima a un soporte informático que muestra la misma información.

Esto es algo que suele ocurrir también en el mundo de la empresa: muchas personas consideran que el cambio de tecnologías en el trabajo es un ataque personal hacia su forma de hacer las cosas. Uno de los principales retos de los implantadores de nuevas tecnologías en las empresas consiste en hacer que el tránsito de una tecnología como el papel a otra como las pantallas de ordenador se realice de la forma menos traumática posible y sin que suponga un ataque hacia la persona o personas que realmente tienen que realizar el cambio.

Imagina cuando a alguien que siempre ha escrito sus textos a mano se le ofreció la posibilidad de hacer cartas en una máquina de escribir. A esta persona posteriormente se le explicó lo que era un procesador de textos y posiblemente también lo tomara como un ataque en lo personal si no fue bien aleccionada sobre los cambios tecnológicos, las ventajas y desventajas.

El fundamento del trabajo viene a ser siempre el mismo, la metodología es la misma, pero el medio, la forma de hacerlo y las tecnologías involucradas varían enormemente en el tiempo.

Las bases de la contabilidad no han variado en muchos años, pero sin embargo la tecnología ha ido evolucionando desde las tablillas cuneiformes hasta las hojas de cálculo y programas informáticos dedicados en la actualidad.

¿Significa eso que la contabilidad en tablillas cuneiformes no tenía validez? No, al contrario, significa que tenía más valor porque era más difícil de hacer, pero seguro que a ningún estudiante de contabilidad de la actualidad se le enseña a contar de esta forma.

En muchas empresas encontraremos dinosaurios empeñados en no evolucionar con los tiempos, y desgraciadamente he sido testigo de cómo estos elementos que se niegan al proceso son relegados a puestos inferiores donde no pueden desarrollarse en absoluto, dado que su mentalidad queda desfasada.

Puedes ser el mejor contable del mundo, pero si no sabes utilizar un ordenador... será muy difícil que puedas encontrar un trabajo en la actualidad.

¡No es la metodología, es la tecnología!

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