Mantén tus ojos en el campo de batalla

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Foto por Isafmedia (Creative Commons)

Cuanto más alta está tu oficina en el edificio de la empresa, es más difícil saber qué es lo que está ocurriendo en el suelo, en la realidad, en el campo de batalla. Llega un momento en el que los ejecutivos de las plantas superiores con sus toallas mullidas, sus perfumes y sus cafés y snacks servidos durante todo el día en sus espaciosas oficinas, pierden contacto con la realidad de la calle.

No podemos perder nunca ese toque de realidad porque en caso contrario es posible que perdamos una visión del mundo real.

Los lugares comunes como la cafetería de la oficina, el restaurante del edificio o incluso el club deportivo, son zonas neutras donde poder captar nuevos feedback sobre el funcionamiento de la organización.

Matthew Woll of the Photo Engravers Union, AFL, in center, talking to Mr. Pearl, publicity director for the AFL, and a newspaper reporter after a five-hour conference with the CIO at the Hotel Biltmore, March 10, 1939
Foto por Kheel Center
(Creative Commons)
Aprende sobre el funcionamiento de tu organización. Existen métodos de hacer las cosas que se anquilosan durante años y que a lo mejor pueden ser mejorables, o al contrario, es posible que un método de hacer algo que utilizan pocas personas, pueda ser escalable a toda la empresa con resultados sorprendentemente positivos. Toma notas sobre cómo se hacen las cosas y si es el método adecuado o puede ser mejorado de alguna manera.

Hay que hablar con todo el mundo: empleados, proveedores y clientes, y asegurarse de qué es lo que quieren de nosotros como organización. Asegúrate de que no sólo tú sino también tus jefes de equipo hacen lo mismo, presentándote informes periódicamente de sus averiguaciones. Si lo que tú captas en la calle no es lo mismo que captan tus mandos intermedios, es posible que alguien no esté haciendo bien su trabajo.

Asegúrate de que la empresa está a la altura, de que responde como el cliente, proveedor o empleado tiene sus necesidades cubiertas. Asegúrate de que respondes a las necesidades de los clientes tanto de calidad como de precio y servicio. Los proveedores tienen que entender que son parte integrante de la empresa y que todo lo que hacemos repercute en su beneficio ya que les permitirá vendernos más. Los empleados deben de estar contentos con su trabajo y no tener necesidades o incomodidades que puedan hacer que en un futuro den un salto hacia otra empresa.

Como hemos hablado anteriormente, en el mundo de los negocios la fidelidad no es la tónica general, y es posible que el que consideras tu cliente, empleado o proveedor, se marche a la competencia si satisface algunas necesidades que tú no cubres.

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