Antes de una gran presentación, tormenta de ideas

Una buena presentación es igual de buena que el mensaje que transmite. Lo primero es tener claro el mensaje que quieres transmitir, entonces puedes crear el contenido adecuado de apoyo para reforzarla. Empieza por sentarte a solas con un pedazo de papel en blanco. Después de haber hecho una lluvia de ideas inicial por tu cuenta, reúne un grupo para ayudarte a clarificar los argumentos. Anímalos a exponer las ideas que no estén claras o que resulten problemáticas. Trata cada idea como muy valiosa. Pide a alguien que apunte las ideas que vayan surgiendo, rápidamente. Si tardas en apuntar las ideas, la gente empezará a cuestionarse y censurarse a si mismos. Una vez que hayas recogido esas ideas del grupo, debes de trabajar con ellas para perfilarlas y conseguir una presentación más adecuada.

Más información interesante: El arte de presentar: Cómo planificar, estructurar, diseñar y exponer presentaciones

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